En algún momento de tu vida tienes emociones atrapadas que ocultas a los demás para evitar mayores problemas. Cuando esto se convierte en una práctica frecuente, sufrirás de problemas psicológicos con el paso del tiempo.
Por tal motivo, debes aprender a identificar estas emociones reprimidas para aprender a gestionarlas.
Signos de que tienes emociones atrapadas
Las emociones reprimidas son un problema grave que debes atender de inmediato para no perjudicar tu bienestar mental.
Un claro signo que de que tienes muchas emociones reprimidas es la negatividad emocional. Si eres una persona que no demuestra sus emociones y sentimientos por temer parecer débil, es probable que las reprimas, lo cual no es sano para tu salud mental.
Al no expresar tus emociones, sientes incomodidad cuando alguien más se interesa por tu bienestar, tomando una conducta esquiva o de escape para no tener que lidiar con estas preguntas.
La ansiedad, el estrés y los nervios son más frecuentes e intensos, reprimiendo las emociones pasarás gran parte del día estresado y ansioso, sin saber realmente el motivo de estas actitudes.
Si comienzas a olvidar las cosas con más frecuencia y te distraes con facilidad, puede ser indicativo de que reprimas emociones, provocando desinterés o una respuesta tardía a varios estímulos o actividades externas.
El positivo excesivo es una señal de represión de emociones. Es una actitud que tomas para no afrontar la realidad e intentar borrar las emociones no expresadas, para no tener que lidiar con ellas.
¿Por qué reprimes las emociones?
Uno de los principales motivos es por el ambiente de crianza, tanto familiar como cultural. Si te criaron en un ambiente donde las emociones no se expresaron, ya sea por percibirse como algo negativo o débil, es más común que termines por reprimirlas.
Otro motivo usual son las experiencias traumáticas en la infancia. Las humillaciones, los castigos o las críticas durante la niñez, tanto por expresar o mostrar tus sentimientos, terminan por crear esa actitud de reprimir las emociones.
También si intentas mantener al margen tus emociones, sin sentirlas o negándolas, no hará que desaparezcan, sino que se oculten y acumulen hasta que busquen una salida.
Consecuencias de reprimir las emociones
A largo plazo, las emociones reprimidas terminan por dañar tu vida, afectando tu salud y la capacidad de relacionarte con otros.
Cuando la acumulación de emociones es alta, puedes sufrir de un estallido emocional intenso y violento, incluso llegas a lastimar física o verbalmente a tus seres queridos, a lo cual te arrepentirás después de que pase el ataque por la carga emocional.
La tensión psicológica por reprimir termina por provocar dolores de cabeza, cansancio extremo o reacciones dermatológicas. También la depresión y el estrés son más intensos, por lo que necesitarás de ayuda de un profesional.
La dependencia a medicamentos puede llevar a un problema de adicción, los fármacos aliviarán los dolores físicos o provocar un estado de somnolencia que evita pensar en las emociones, pero no las trata directamente a ellas.